Una vez contemplado y fotografiado el amanecer en LLesba, bajo en coche a San Glorio y emprendo la ascensión al Coriscao. Lo corono en hora y media y a las once estoy de nuevo en San Glorio. Me queda todo el día por delante para emborracharme del cromatismo del otoño.
martes, 10 de noviembre de 2009
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