Lunes, 24.3.2008
De camino hacia Liébana, y tras la nevada del sábado y del domingo, uno no puede reprimir el impulso de desviarse en el Desfiladero de la Hermida y acercarse a San Esteban. Aparcar la furgoneta y echarse a andar, hasta que la nieve lo impida. Así llegué hasta las majadas de Sombejo. Nieve, cascadas, rebecos... Un paseo inolvidable.
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